El 26 de enero de 2020, Laura Espinosa decidió poner fin a su vida debido a las dificultades que enfrentaba en la escuela, las cuales creemos están relacionadas con el acoso escolar. Laura asistía al colegio concertado religioso Sagrada Familia de Cornellà de Llobregat (Barcelona). Nos preocupa cuándo se aplicarán efectivamente los protocolos contra el acoso escolar en las instituciones educativas.
En casa, Laura era una niña feliz y desconocíamos el infierno que vivía en el instituto. Cuando comenzamos a notar los primeros indicios, consideramos que se debería haber activado un protocolo contra el acoso escolar. Sin embargo, parece que nadie en el centro actuó para ayudarla, posiblemente para proteger su reputación. Aunque intentamos hablar con Laura en varias ocasiones, ella no dio señales claras en casa sobre lo que estaba pasando.
Un día, nos llamaron del centro porque notaron que Laura tenía cortes menores en las muñecas. A partir de entonces, comenzaron las autolesiones y nuestra preocupación aumentó. Acudimos a hablar con la psicóloga del centro en varias ocasiones para buscar orientación, pero lamentablemente minimizó el problema, diciendo que era una fase y que solo buscaba llamar la atención.
Laura no pudo soportar más la presión y decidió quitarse la vida. Dejó varias notas escritas en las que explicaba que el acoso escolar era la razón de su muerte. En una de ellas, expresó: «Ojalá que mi muerte sirva para evitar que esto le suceda a alguien más».

Nos sentimos abandonados tanto por las instituciones como por el centro educativo. A lo largo de los años, ninguna familia ni docente se ha puesto en contacto con nosotros para hablar sobre lo sucedido. Siempre han negado que el acoso escolar tuviera algo que ver con la muerte de Laura. Incluso la psicóloga nos preguntó en el tanatorio si habíamos tenido peleas fuertes en casa, como si no supiera todo lo que Laura estaba pasando.
Los Mossos d’Esquadra tampoco nos brindaron ayuda, ya que no abrieron una investigación. Ingresaron a la habitación de Laura, tomaron algunas cosas y redactaron un informe. Fuimos nosotros quienes revisamos la habitación minuciosamente y encontramos las cartas que había guardado en su agenda escolar y en su mochila, donde mencionaba a varios compañeros que «la ignoraban, insultaban e incluso escupían». En estas cartas dejaba en claro el acoso «presunto» que sufría dentro del centro y el abandono que sentía.
Presentamos una denuncia en el Juzgado de Menores, pero aún estamos esperando que las cartas se acepten como pruebas. En un principio, se negaron debido a que los informes policiales ya estaban cerrados. Mientras tanto, el centro educativo sigue actuando de la misma manera con los demás alumnos sin que nadie haya resultado perjudicado.
Texto de los padres de Laura Espinosa. Hoy, los padres de Kira y de Laura, somo amigos. Ellas están juntas cuidando una de la otra.
José Manuel López Viñuela- Perito Judicial Comunicación No Verbal Detección de Mentiras, Gestión y Dirección de Centros Educativos y Acoso Escolar.
